Convertir las crisis en oportunidades
- Juan Pablo Kovacevich
- 14 oct 2023
- 4 Min. de lectura
Hoy más que nunca, me parece interesante desarrollar un poco más el espíritu del título que encabeza este posteo.
Golpeados por las recurrentes crisis económicas, y por una pandemia que alcanzó cualidades dignas de una película de ciencia ficción, ahora debemos sumar sangrientas guerras que más que retroceder, sólo parecen aumentar.
La palabra "crisis" admite distintas acepciones, pero la mayoría de éstas admiten que implica una serie de cambios bruscos, cuyo desenlace es relativamente incierto, provocando un desequilibrio en aquello en lo cual la crisis recae.
En China este concepto admite una interpretación particularmente interesante: la palabra crisis - 危机 (Wei Ji) - está compuesta por dos caracteres; el primero es Wei, que significa peligro y el segundo es Ji, que significa oportunidad. Esta acepción es la que pretendo rescatar en este escrito.
Pero, este no es un posteo de espíritu teórico, sino más bien práctico. La idea es rescatar una serie de herramientas que nos ayuden a mejorar la manera en la que navegamos las distintas dificultades que se nos presentan.
Primera Observación: Ya en el siglo I d.C, Epicteto resaltaba la importancia de aprender a distinguir muy bien qué cosas estaban bajo nuestro control y cuáles no. Como la mayoría de los estoicos, reconocía que gran parte del sufrimiento provenía de querer ejercer control allí donde no podemos hacerlo, en lugar de centrar nuestro foco de atención en lo que sí realmente podemos controlar. De este modo no sólo sufrimos y nos frustramos, sino que perdemos perspectiva de cuánto tenemos para hacer y ganar incluso ante las más desafiantes dificultades.
En las crisis esta dicotomía de control puede exacerbarse. Es de suma importancia poder reconocer qué depende y qué no depende de nosotros, para centrar todas nuestras energías en aquello donde tenemos margen de acción.
Segunda observación: En relación a lo que acabo de escribir, la capacidad de tolerar la incertidumbre es esencial. Una de las más poderosas fuentes de ansiedad y preocupación es la dificultad para vivir sin seguridad y sin certeza. Sabemos que tener cierto grado de previsibilidad y control es esencial para un buen manejo del estrés pero, por otro lado, la naturaleza de la vida es, en su totalidad, absolutamente incierta. Precisar certezas para poder regular el ánimo y sentir seguridad y tranquilidad es una mala estrategia, pues la vida no tiene esto para ofrecernos; jamás lo tuvo!
Del mismo modo que la capacidad de resistencia aeróbica se entrena realizando este tipo de ejercicios en forma gradual y progresiva, la resistencia (tolerancia) a la incertidumbre también se puede fortalecer o debilitar en función de cómo la gestionemos.
Si nos pasamos la vida tratando de huir de la incertidumbre, seguramente tendremos un umbral muy bajo, y cualquier falta de seguridad despliegue una "reacción alérgica" de búsqueda de seguridad. Pero si incrementamos nuestra tolerancia a través de la exposición gradual y sistemática, nuestro umbral comenzará a aumentar, logrando que enfrentemos mejor las ambigüedades e imprevisibilidades propias de la existencia.
Un camino posible es diseñar pequeños ejercicios en los cuales nos quedemos con cierta incertidumbre. Un ejemplo podría ser, si necesito revisar varias veces un escrito antes de enviarlo, puedo bajar a una sola revisión y enviarlo así como está, aceptando que quizas me haya equivocado o haya dejado algún error sin corregir.
Es importante no sólo poder mejorar la tolerancia a la incertidumbre, sino, quebrar la idea de que no tener certezas es lo mismo que tener certezas de algo negativo!
Tercera observación: Una de mis frases favoritas la pronuncio el brillante estoico Lucio Anneo Séneca al rededor del siglo I a.C. Esta reza: "La adversidad es ocasión de virtud", Todos mis pacientes, y varias personas de mi entorno, me escuchan repetirla una y otra vez.
El espíritu de esta frase nos enseña que todo aquello que nos resulta adverso, difícil, desafiante, obstaculizador, implica también la oportunidad de desarrollar y/o trabajar sobre alguna virtud que nos permita afrontar dicho evento adverso, permitiéndoos ser ahora más capaces de afrontarlo de lo que eramos antes.
Este concepto de aprender de las adversidades y fortalecerse ante ellas, recuerda al mucho más actual término:"antifragilidad", desarrollado por Nassim Taleb. La antifragilidad no sólo implica la capacidad de hacer frente y superar una dificultad, sino de aprender de ella al punto de desarrollar aprendizajes que no teníamos previamente y que nos sitúan ahora en una posición mejor que la previa.
Cuarta observación: Como decía Séneca: "quien sufre antes de tiempo, sufre más de lo necesario". Ser capaces de llevar la atención al momento presente, a aquello que nos encontremos haciendo a cada rato, nos ayuda a evitar ser golpeados por problemas que aún no existen, pero que nuestra mente puede tomar como reales y reaccionar en consecuencia.
Prácticas como el Mindfulness, Grounding, y otros tipos de meditación pueden ser herramientas de muchísima utilidad.
Existen muchas otras cosas que podría decir y sugerir al respecto, pero me parece suficiente por ahora. Si les interesa que desarrolle más este tema, déjenme algún comentario, suscríbanse y compartan por favor, me ayudarían mucho! Gracias!!!
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